Achicoria

A mi la achicoria me recuerda a mis abuelas. Creo que era mi abuela Carola la que decía, cuando ponía el café al fuego, que "iba a preparar la achicoria"... y yo pensaba, "pero si es café". Lo cierto es que durante muchos años, básicamente durante la larga posguerra española, la raíz tostada de la achicoria sustituyó al verdadero -y carísimo- café  en bares y casas. Y cuando no lo sustituía "lo complementaba" de manera más o menos fraudulenta. Tan importante era la achicoria en España que el cultivo de sus variedades hortícolas estaba regulado por el Estado y sólo un puñado de provincias tenían potestad legal para producirla.

La variedad silvestre de la Achicoria (Cichonium intybus), cuya preciosa flor azulada ilustra este post, es una planta muy común que se puede hallar con facilidad en prados, cultivos abandonados y márgenes de los caminos. Esta mañana nos la hemos encontrado detrás de la ermita de Santa María de Gallecs, creciendo en un pequeño prado dominado por plantas de menta.


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