Esta mañana una Langosta (Locusta migratoria) se ha cruzado en nuestro camino, cuando íbamos caminando por la Avinguda Bogatell, en Barcelona. Es un bicho grande, que cuando se te acerca volando impresiona; he esperado a que se posase y he conseguido fotografiarla un segundo antes de que saliera planeando de una manera un tanto errática. Viendo la imagen más tarde me ha parecido que esta langosta era como un artilugio mecánico: duro y anguloso y a la vez grácil y complejo. Raquel, La Forestala, comentaba por whatsapp que le recordaba a un guerrero, quizá por ese "collarín" que se parece mucho al gorjal de las armaduras medievales. Nuestra Locusta tiene un ciclo vital fascinante que le hace adoptar formas, colores, tamaños y comportamientos distintos dependiendo de las condiciones ambientales.
Como siempre, gracias a Davidacho por ayudarme con la identificación.
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